Vibrante partido de rivalidad entre el Oquendo y el Rompiente en el que no faltó ningún ingrediente. La grada, con una de las mejores entradas del campeonato. Y en la cancha, goles y expulsiones, aunque con deportividad en ambos bandos, sin olvidar la polémica arbitral. Al final, el resultado cayó de lado riosellano (3-4), aunque los avilesinos quizás merecieron al menos el empate en un derbi que se les ha resistido al perder tanto en la cancha de los orientales (6-4) como en Avilés, donde nada se supo de Juanele, cuya presencia se anunció en el Rompiente.Los primeros minutos fueron muy abiertos con llegadas en las dos porterías. El primero que golpeó fue el visitante Laury, colando el balón bajo las piernas de Santi. El Oquendo redobló sus ánimos ofensivos al tiempo que el Rompiente se agazapaba para dar un segundo zarpazo a la contra.Camino del descanso, una doble incidencia. Cristian, del Rompiente, es expulsado antes de un doble penalti que su compañero Miguelín aprovechó al rechace para subir el tercero. Pero los locales sacaron oro de la superioridad y Moi puso el 1-3 que daba paso al segundo tiempo, en el que pronto los locales se vieron dos minutos en inferioridad por la doble amarilla de Moi. Resistió el Oquendo, que después encajó el cuarto ya con todos en cancha.La remontada parecía imposible, pero los avilesinos, en un minuto 30 mágico, marcaron dos goles para la esperanza. Los tantos de Josín y Fredi pusieron el partido al rojo vivo, aún cuando el Oquendo sufrió una segunda inferioridad por la roja de Pepe. El tramo final fue de infarto: los colegiados se 'comieron' lo que parecía un penalti muy claro sobre Josín y el empate lo tuvo en sus manos Ibias con un remate que se estrelló en el poste.
Fuente: El Comercio Digital: 13/02/2.008
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